Nota del director: La vida de un cigarro en Buenos Aires

Comenzar desde cero es parte de una renovación, creo yo, y salir de tu entorno de confort es un acto de valentía, absoluta. Tener una vida estructurada acorde a la sociedad actual te hace mimetizarse con ella y te pasa la cuenta. La ciudad te absorbe, y eres parte del mismo entorno que la decora: las micros, los vendedores ambulantes, los perros callejeros, los carteles del nombre de las calles o la basura tirada en el piso, etc.

Al igual que una mariposa, cada uno va pasando por etapas y se va generando su propia metamorfosis. No digo que todos cambiemos de formas y formato, sino que vamos adaptándonos a quien somos en el momento evolutivo o quienes queremos ser en ese instante, dejando atrás emociones o actitudes que no nos representan. También puede que alguien involucione, pero esta no es esa historia.

Siete años atrás, había salido de la escuela audiovisual en un instituto privado. Gracias al máximo esfuerzo y apoyo que tuve de mi mamá, logré estudiar una carrera técnico universitaria de alto costo monetario.

Aquí vamos de nuevo a una nueva carrera universitaria. Estoy en Buenos Aires, Argentina, junto con mi compañera, pareja y polola, Claudia. Quien también busca su evolución y ella decide ir a estudiar “Panadería y Pastelería” en la prestigiada academia de “Gato Dumas”.

Instituto de Arte Cinematográfico (IDAC) https://idac.edu.ar/

Es uno de los Institutos de Cine más antiguos y prestigiosos de Argentina y Latinoamérica. El instituto es parte de la educación pública, lo que lo convierte en gratuito y es, sin duda, de alta calidad. Está ubicado en Avellaneda, zona sur del gran Buenos Aires, encajado en la población “Dock Sud”, también cercano al estadio de Racing.

Comienza el año lectivo, y en mi trayecto hacia mi primer día de clases, me desplazaba en el colectivo número 10 con destino directo a Avellaneda. Mientras iba realizando cálculos, ya contaba con conocimientos audiovisuales tanto en teoría como en el manejo de herramientas técnicas. Había dedicado 7 años de mi vida a la creación de piezas audiovisuales, lo que me confería un considerable bagaje de experiencia. En ese momento, llevaba a mi haber tres documentales, numerosos reportajes realizados para la televisión. Había realizado piezas para Presidentes, ex Presidentes y candidatos de Chile. Gracias a mi labor y empeño, tuve la oportunidad de viajar por el mundo, incluso visitando la Antártida. Sin mentir, iba viajando con el pecho más inflado que Maradona.

Lo bueno de la evolución o metamorfosis es que vas eliminando lo malo y te vas quedando con las cosas que te sirven, es así que, al pasar las semanas me di cuenta que no sabía nada. No es que cambiarán la forma de hacer cine o audiovisual, sino, que me hicieron ver esto desde otra perspectiva la forma de trabajar, por sobre todo nos enseñaron a pensar el cine. Lo que para mí fue nuevo, debido a que mi carrera anterior solo me habían enseñaron a usar las herramientas técnicas sin tener una mirada crítica detrás.

Según el plan de estudio, en el primer cuatrimestre teníamos que hacer la primera realización, la que es una pieza corto documental a libre elección temática. Debíamos iniciar con una hipótesis y desde ahí comenzar una investigación y así generar una pieza que cumpliera con los requisitos básicos para ser una pieza documental.

Les recuerdo que estábamos en primer año, y la mayoría de mis compañeros había salido del secundario hacía meses. Por ello, el rango etario rondaba entre los 18 a 20 años. Ahí tuve que bajar revoluciones y adaptarme a mis pares. Se me ocurrió la idea de hacer la vida de un cigarro. Así lo presente en clases frente a todos. Todos se rieron ¿Cómo un cigarro va a tener vida? Traté de defender mi idea y les conté que quiero relatar en imágenes desde el proceso en que un fumador toma un cigarro, lo fuma y lo bota al piso. Esa es la vida de un cigarro. Me aprobaron la idea, y comenzamos la investigación bajo la hipótesis:

Inicio de la hipótesis.

"La desinformación de todo lo malo que produce una colilla".

Como equipo, decidimos tener esa hipótesis porque al caminar por la ciudad observamos una gran cantidad de colillas en el suelo y nos preguntamos ¿Acaso las colillas desaparecen de la nada? ¿Los fumadores creen que la colilla se desintegra al caer al piso?.

En base a esto, el equipo se designó a indagar en diferentes medios de internet los diferentes componentes que tiene una colilla de cigarrillo y su magnitud de daño. Se encontró que son graves, por ejemplo, una colilla de cigarrillo puede contaminar hasta 50 litros de agua. Esto se debe a su nivel de tabaco, nicotina, alquitrán, metales pesados y por estar hechas de acetato de celulosa, no son reciclable y, por ende, no hay empresas de reciclaje de colillas.

Al terminar de fumar, el consumidor promedio procede a tirarlas en la vía pública sin cuestionar las consecuencias de esta acción, esto se debe, en el caso de la persona, porque no es consciente de aquellos componentes tóxicos que aún quedan en las colillas. Las cuales son arrastradas por el suelo y llevadas a diferentes lugares de la ciudad, entre ellos, las alcantarillas y de ahí a los ríos que terminan contaminados por completo.

Hay un asesino: nos contamina y nos mata: “El asesino silencioso”

Queremos ir a través de los peligros y las consignas que se suelen poner en primer plano: El consumo del cigarrillo provoca cáncer pulmonar. Los fumadores usualmente ignoran o no respetan su entorno, fuman donde se les dé la gana. En principio poniendo en juego el bien sabido peligro de los fumadores pasivos, como ellos en su calidad de receptores de humo ajeno, tienen más posibilidades de que los afecten los peligros del humo del cilindro. Además el humo del cigarrillo produce dióxido de carbono, que aumenta el efecto invernadero. Pero este tema no es el tema principal de nuestra investigación, porque al querer englobar toda la temática del “asesino silencioso”, También nos encontramos con la contaminación que deja un fumador luego de hacer su cometido, ese siendo el verdadero problema y la verdadera temática en la que nos enfocamos: El desecho de la colilla de cigarro.

Las colillas de cigarrillo son la principal causa de basura en el mundo. Se estima que alrededor del planeta se desechan 4,5 trillones de colillas por año. Estas tardan hasta 25 años en degradarse. Además la mayoría son arrojadas al piso, por no tener un proceso de reciclado y sumarle la pésima costumbre de algunos de tirar la basura al piso. El problema comienza ahí: Contaminamos nuestro entorno. Cuando llega el invierno y con él las lluvias, éstas “colillas” son transportadas hasta las alcantarillas, fuentes de agua reutilizables tras procesos de purificación o en el mar directamente.

Actualmente en las playas el 32% de la basura recolectada son colillas de cigarro. Una colilla contiene alrededor de 4.000 sustancias tóxicas que provienen del humo. Como lo queremos graficar es realizando un recorrido por los lugares icónicos de la capital. Comenzando por el microcentro de Buenos Aires (Obelisco), e ir a puntos de fumadores sociales y filmar su placer por cada bocanada de humo que aspiran, hasta que cumplan su cometido: Apagar la colilla con el pies en el piso o lanzar la colilla lejos. Así llegar siguiendo la ruta de las colillas a la reserva ecológica Costanera sur, la que, termina en el comienzo del Mar Atlántico.

Fin de la hipótesis.

¿Por qué hacer un documental poético de algo socialmente dañino? Al estar estudiando se provoca la mejor instancia para que el realizador comience a probar formatos narrativos nuevos, para equivocarnos y para aprender. Es por ello que, como equipo, decidimos hacerlo de esa forma. Salimos a filmar con mis equipos, recorriendo el centro porteño buscando a fumadores. La ruta fue parte de lo que era mi vida por Baires en ésos tiempos y los trayectos que recorría constantemente, ya que vivía por ahí. Ir a la reserva natural ecológica para mí era similar a subir el cerro de Renca y tener un momento natural del nuevo hogar.

En conjunto a Fiorella, Laura, Federico, Samuel, Tomás, Santiago y yo, nos turnábamos la cámara por planos y esta iba rotando. Lo mismo con la edición, cada tres imágenes puestas cambiábamos al montajista, así todos hicimos el mismo trabajo. Los que jamás habían visto en su vida un programa de edición, estaban editando, ya.

Entre los recursos externos que utilizamos para el documental, está la banda sonora. Al terminar de filmar en la reserva ecológica, nos encontramos con unos tubos gigantes de algún metal, los que todos comenzamos a golpear haciendo un ritmo, influenciados por las clases de sonido del profesor Martín Aratta. También está la canción tocada por Lucas Lorenzetti, hermano de Laura, la que produce y consigue la canción original titulada: Olvidas.

Sinopsis:

Las colillas de cigarrillo son la principal causa de basura en el mundo. Se estima que alrededor del planeta se desechan 4,5 trillones de colillas por año. Estas tardan hasta 25 años en degradarse. Además, no tiene un proceso de reciclado. El problema comienza ahí: Contaminamos nuestro entorno. Cuando llega el invierno, y con él las lluvias, éstas “colillas” son transportadas hasta las alcantarillas, fuentes de agua reutilizables tras procesos de purificación o en el mar. Actualmente, en las playas el 32% de la basura recolectada son colillas de cigarro. Una colilla contiene alrededor de 4.000 sustancias tóxicas que provienen del humo y tan sólo una colilla, es capaz de contaminar 50 litros de agua.

Realizadores:

Fiorella Garetto, Laura Lorenzatti, Federico Miranda, Samuel torres, Tomás Marchesi, antiago Paradiso y Dan Espinoza.

Idea

Dan Espinoza

VER DOCUMENTAL:

Saludos, Dan.

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